Nacho Zuccarino | Managing Director Latam, Laetro

La bendición de ser un estúpido

Toda mi carrera perseguí el mismo objetivo: ser la persona más estúpida de la sala de reuniones. Sentirme intimidado por el Síndrome del Impostor. Porque ser la persona más estúpida de tu equipo, la que menos entiende de qué se está hablando, te fuerza a aprender cosas nuevas. Y te regala trabajar con monstruos como Larry y Serguei, como Reed Hastings, Fei Fei Li, Ray Kurzweil o Elon Musk. Así, a lo largo de mi carrera, pasé de la Filosofía a la Publicidad, de la Publicidad a la Tecnología, y de la Tecnología al Entretenimiento. ¿Qué sigue? No tengo la más puta idea. Lo que tengo es un montón de preguntas. Y de eso vamos a hablar. De todas las dudas que tengo. Porque de una charla digna se sale con preguntas, no con respuestas.