Directora Creativa
Natalia Arias
Flare BBDO, Colombia
Natalia siempre soñó con hacer algo importante, algo que dejara una huella en el mundo. Para ella, no se trataba de ser una más entre los 8.200 millones de soñadores, sino de encontrar su propio camino entre las miles de historias que hay el planeta. Ese "algo importante" para Natalia es llevar al mundo historias poderosas que impacten profundamente en las personas. Hoy, ese sueño es una realidad. Como directora creativa, ha recorrido un camino lleno de aprendizajes y conexiones que la inspiran continuamente. En sus cinco años en la industria, su enfoque ha trascendido más allá de la creación de ideas.
Con el tiempo, descubrió que su verdadera pasión se dividía en dos áreas principales.
La primera consiste en tomar esas ideas y darles vida, asegurándose de que no se queden en el papel, sino que realmente lleguen al exterior y conecten con el público. Para Natalia, el éxito de una campaña no solo se mide por la originalidad de la idea, sino también por su capacidad para generar resultados tangibles y medibles.
Su enfoque está orientado al performance, donde cada decisión creativa se diseña para maximizar el impacto y asegurar que las ideas tengan un propósito en el mundo y en las personas que la ven.
La segunda, y más importante, son las personas. Al asumir un rol de dirección y liderazgo, Natalia se dio cuenta de que las grandes ideas no se ejecutan ni brillan por sí solas; tienen una base humana que hace posible que todo salga tan perfecto como lo percibe el mundo. En su equipo de trabajo, encontró el talento, la capacidad, la empatía y la camaradería que hacen que su vocación sea más completa.
Lo más valioso de su carrera no son solo los skills creativos o estratégicos, sino los skills de liderazgo los que verdaderamente mueven al mundo.
Para Natalia, la verdadera “big idea” de su vida son “big humans” que dan lo mejor de ellos todos los días. Para ella la idea más importante a desarrollar es su equipo de trabajo: fortalecerlo, apoyarlo incondicionalmente, fomentar su crecimiento para que sigan creando y dando lo mejor de sí, permitiendo que el mundo siga viendo cosas importantes e increíbles. Si, como directora creativa, falla en una idea a implementar, no hay problema; pueden mejorarla en tiempo real, revisarla, pensar en algo mejor y volver a medir. Pero no es lo mismo cuando se trata de guiar a personas en su camino y en el descubrimiento de su vocación. Es crucial saber cómo guiarlas, qué palabras usar, cómo manejar la inteligencia emocional, ya que muchas de esas personas dependen de un líder. Dependen de cómo alguien las apoye en sus momentos más abrumadores y difíciles. Es importante para ella encontrar la manera correcta de convertir un error en un aprendizaje sano y positivo, y no cruzar la línea del castigo, eso hace que las personas pierdan la confianza en sí mismas, ahí está lo más desafiante, pero también lo más gratificante de ser directora.
Sin embargo, todo lo que hoy define a Natalia como diseñadora y directora proviene de un pasado lleno de historias. Nació en 1997, el mismo año en que nació la medallista olímpica Simone Biles y se estrenó una de las películas más icónicas del mundo, "Titanic". Y aunque Natalia no es medallista olímpica ni sobreviviente de un naufragio (afortunadamente), tiene su propia historia.
Hija mayor en un matriarcado, aprendió lo indispensable de abrirse camino por el mundo, a no hablar pasito, a forjar confianza en sí misma y creerse el cuento, a vencer el síndrome del impostor, pero lo más importante la cooperación y el apoyo mutuo, no solo aprendió de la fuerza de su mamá, su madrina y su hermana, sino también aprendió el valor del liderazgo femenino y se permitió soñar libremente.
Pasó por su mente ser bacterióloga, arquitecta, productora musical, criminalista, esta última es curiosa, ya que no soporta ver películas de. A lo largo del camino estudió serigrafía, animación 3D y se dio cuenta que su vocación era ser diseñadora gráfica.
Pero antes de iniciar la universidad tuvo que trabajar duro para costear sus estudios, no se convirtió en bacterióloga, ni criminalista (por su puesto), primero fue un colchón, sí, se disfrazaba de colchón los fines de semana para repartir volantes, fue niñera, luego llevo a personas con movilidad reducida en sillas de ruedas por todo el Aeropuerto el Dorado para ayudarles a llegar a sus destinos, fue secretaría donde aprendió de diseño de interiores, fue vendedora en Adidas para el mundial del 2014.
Si no hubieran anulado el gol de Yepes, no solo Colombia habría avanzado, sino que Natalia habría conservado su empleo.
Todo esto ayudó para que Natalia iniciara su carrera profesional, y a su vez iniciara su vida laboral oficialmente como diseñadora, la primera parada fue DDB.
¿Qué si conocía que era la publicidad? Absolutamente NO, no conocía que hacia una agencia, como funcionaba, que era la creatividad, Natalia tenía miedo, sin embargo, como siempre encontró personas que la ayudaron a entender el medio y a crecer en él, se enamoró de la industria, de las campañas, de las ideas y de las personas.
Por primera vez conoció qué eran los famosos “premios y festivales” así que se arriesgó a participar en un concurso local ‘JCDecaux awards’ y ganó en la categoría de nuevos talentos.
La segunda parada fue TBWA/Colombia, en AVON, una marca dedicada a la mujer y guiada por mujeres, con un nivel de exigencia mayor. Allí volvió a experimentar miedo, al principio no salía nada bien; le costaba más adaptarse a los briefs, a la gente, pero el éxito del paso por TBWA se debió a un cambio de actitud. No podía esperar a que el cliente, el brief o las personas cambiaran; tenía que cambiar ella y encontrar la forma de sobreponerse a nuevos retos y así fue, sacó campañas hermosas e importantes para el empoderamiento de la mujer.
Finalmente, la tercera parada, Sancho y Flare BBDO, donde ingresó como creativa gráfica en plena pandemia. En este lugar, una vez más, las personas jugaron un papel crucial, ya que creyeron en ella y despejaron su camino para aprender y sobre todo crecer.
Hoy, Natalia comprende que su vida ha sido un viaje de constantes cambios y transformaciones. Ha sido: colchón, niñera, secretaria, vendedora. Cada uno de esos roles ha sido un paso necesario para ser la diseñadora gráfica, directora creativa, líder y compañera. Ahora, guía a quienes, como ella alguna vez, comienzan sin un rumbo definido. Al final del día, su vocación siempre ha sido y será conectar con las personas, abrazando el cambio como parte viaje.